domingo, 28 de septiembre de 2008

"¡Miau, miau... MIAUUUU!!!"

Frío, mucho frío. Cielo nublado, alguna lluvia. Viento helado. En aquella gran casa, llena de pasillos, el silencio acampaba a sus anchas. Algún estornudo, el pasar de las hojas de los Diurnales o el tintineo de las cuentas de los rosarios... En esta atmósfera mis hermanos de Seminario y yo, hemos estado viviendo esta última semana, haciendo ejercicios espirituales antes de que comience el curso. Dias llenos de DIOS. Mañanas y tardes en las que acompañados por el silencio, hemos estado interiorizando el Evangelio en nuestro corazón, pidiendo "conocimiento interno de Jesús", saneando nuestros sotanos de absurderías, ayudados por Él. Sorprendiéndonos del IMMENSO AMOR que tiene Dios por cada uno de nosotros, y es que, aunque caigamos una y otra vez, Él nos sigue amando, aceptándonos tal y como somos, con nuestras pequeñeces.

Recordando que nuestra relación con Dios es igual a la que se dá en la parábola del "Hijo Pródigo", lo que pasa es que, y más hoy, la parábola se repite en nuestras vidas una y otra vez.

Descubrir como profesa Dios su cariño.

Como hecho anecdótico, un día "rezando" juntos algunos hermanos, encontramos un gato pequeño, raquítico, lo acogimos y le pusimos por nombre "Guillermina Casulla de la Estola". Guillermina acabó en la casa del conserje. Aún recuerdo como metía su cabecita dentro del vaso de leche...

domingo, 21 de septiembre de 2008

"MARI"

"En efecto, nadie ha visto a Dios tal como es en sí mismo. Y, sin embargo, Dios no es del todo invisible para nosotros..." así comienza el artículo 17 de la Carta Encíclica "Deus Caritas Est" del Santo Padre Benedicto XVI. Sabemos que la limitación del hombre impide ver a Dios tal como és en si, pero solo hay que hacer un esfuerzo para verle. Hay gente que suele decir: "Dios no existe..." Vale, muy bien. Si eres de los que no creen en la existencia de Dios. Atento y lee:


No me apetecía nada ir aquella tarde a Valencia: que si metro por aquí, que si un trasbordo por allá. Gástate dinero aquí, gástatelo allá. No, lo que yo quería era dormir un poco después de tomarme un café. De repente, aparece mi hermano de comunidad y me dice: "Va, tú. Vamos" Bajo el calor del medio día salimos del Seminario, esperamos casi media hora para coger un metro para Valencia. ¡¡¡QUÉ ABURRIMIENTO!!! El tren comenzó a funcionar y poco a poco el vagón se hiba llenando de gente de todo tipo. ¡¡Qué silencio!! Llegamos a Valencia, en la estación de Xátiva, después de un transbordo. Solo fue salir del sotano de la estación y ve cara a cara a DIOS... Una mujer, sentada en la acera, tapada con una mantilla sucia pese a la calor, con un vaso de plático roto con algún que otro céntimo en el interior. Sin pensarlo me dirigí hasta ella, me arrodillé delante de ella -y en mi interior decía: "qué haces estás loco"- le miré a la cara, ella parecía turdida al igual que yo. Le dí algo de dinero mientras intentaba sonreir, pero era difícil porque la mujer olía un poco mal. Aún así, le pregúnte como se llamaba -"Mari"- Y, yo tamibén me presente. Le pregunte si creía en Dios y ella sonrió y me dijo :"A veces" Y sín más, sabiendo que aquella mujer olía fatal..., le dí un abrazo fuerte. Nunca he dado un abrazo como aquel. La mujer se quedó mirándome. Le acaricié la mejilla como suelo hacer con mi hermana pequeña y le dije: "Dios te bendiga" Y ella sonriéndo me dijo: "A ver si es verdad..."


Cuando volvía al Seminario en el metro, solo me venía a la cabeza la mirada de aquella mujer y Moisés cuando fue instando por Dios a descalzarse ante la zarza ardiente...


Dios existe.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Siendo LUZ...

Dicen que cuando una persona está enamorada suele hacer locuras por su amad@... Bueno, pues eso es lo que está haciendo el Señor en mi vida durante estos días de manera descarada: en todo momento, en todo lugar, aquí y allá. Sí, todo sucede en mi vida porque Él me quiere y quiere que siga adelante con ÉL.

Hoy he estado con un grupo de jovenes -eramos 15- en el Convento de las Hermanas Carmelitas de mi pueblo. De manera espontánea surgió hace unos días ir a visitarlas y la verdad es que todo a sido de primera; solo puedo decir: ¡¡¡GRACIAS SEÑOR!!!

Un sábado cualquiera, a las cinco y media, un gran grupo de jóvenes entran en un Convento. Vaya!!! parece absurdo!!! A esa hora todos están -incluyéndome yo- dándole al messenger o viendo una película tumbado en el sofá zampando un paquete de papas... Dentro, más allá de esos muros, detrás de una reja doble, unas mujeres, vestidas de negro con una toca larga que solo permite mostrar su rostro, profesan sendas sonrisas de oreja a oreja.

"Somos felices, porque Él nos quiere aquí y nosotras nos hemos fiado..." dice la Madre riéndose sin parar. Poco a poco, se puede ver como los jovenes van soltándose y haciendo preguntas, riéndose con esas mujeres que hay al otro lado de las rejas... "Sois vosotr@s los que estais detras de las rejas" responde a un joven una de las Hermanas riendo sin parar.

"¿Hermana, qué hacen aquí todos los días?"-responde la mujer: "Entre muchas cosas: orar, coser, cuidar el huerto, y hacer "travesuras" -dice mientras mira sonriente y complice a una de las novicias que visten velo azul cielo... Y otra vez carcajadas.

El Señor estuvo allí, en el locutorio, en cada sonrisa, en cada Palabra, en cada gesto, en cada pregunta,en cada chiste, en cada lágrima de alegria, en cada canción...

Con un gran cirio encendido en medio de la Iglesia los jovenes sostenemos en las manos una velita apagada, la miramos y pensamos en lo bueno que nos dá Jesús... La encendemos y sabiendo que eso "bueno" es Luz que nos dá Jesús, nos acercamos a las rejas donde, detrás, están las hermanas con velitas apagadas cada una, esperando a que nosotros les demos Luz, como símbolo de que somos enviados del Señor, ELEGIDOS POR ÉL, sabiendo que esa LUZ es la que nos confiere el mismísimo ESPIRITU SANTO. Otra vez vuelven a caer lágrimas en las mejillas de algunos jovenes, también de alguna monja, no son lágrimas de tristeza sinó de ALEGRIA. Todos unidos rezamos el PADRE NUESTRO: pude ver como la mano de una monjita salía de entre las rejas y era acariciada por una de las jóvenes... Qué bello es conocerte!!! Qué maravilloso es saber que somo tuyos!!! GRACIAS POR AMARNOS, SEÑOR!!!